ACADEMIA COLOMBIANA DE CIENCIAS EXACTAS, FÍSICAS Y NATURALES
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Miasis: el mapa más
completo en Colombia
de una enfermedad
olvidada
Por: Nicolás Bustamante Hernández, miembro del Capítulo de la Academia Joven, Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Foto: Cortesía de Jhon Donato-Rondón
Investigadores se dieron a la tarea de rastrear la incidencia geográfica de este mal,
trasmitido por larvas de insectos. La región andina, la más afectada.
La miasis, una infestación parasitaria provocada por larvas de mosca que invaden tejidos vivos, es más común y está más cerca de las grandes ciudades colombianas de lo que se creía. Así lo revela la investigación “Miasis, una enfermedad desatendida: revisión de casos clínicos y su distribución en Colombia”, publicada en el número de abril a junio de la revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (ACCEFYN).
El estudio encontró que los departamentos más afectados son Antioquia, Cundinamarca, Santander y Meta, y que los municipios con más casos reportados incluyen a Bogotá y Medellín, las dos principales urbes del país. A estas se suman Villavicencio, Bucaramanga, Cali y Melgar.
“Los hallazgos nos muestran que la miasis no es solo un problema de áreas rurales o selváticas, sino que también está presente en centros urbanos densamente poblados”, explica Jhon Charles Donato, profesor titular y director del Departamento de Biología de la Universidad Nacional de Colombia, y coautor del estudio.
El objetivo central de la investigación fue identificar la distribución geográfica de las dos principales especies de moscas causantes de miasis en Colombia: Dermatobia hominis y Cochliomyia hominivorax. Hasta ahora, no existían estudios que reunieran y sistematizaran los casos por ubicación geográfica.
De acuerdo con Donato, llenar ese vacío es clave para priorizar regiones donde deberían impulsarse campañas educativas de
prevención y tratamiento, tanto entre la población general como en la comunidad médica.
Para llegar a sus hallazgos, los investigadores construyeron una detallada base de datos a partir de casos clínicos y reportes
médicos, lo que les permitió elaborar el mapa de distribución geográfica más completo de la distribución de la miasis en Colombia, incluyendo información por departamento y por región. El trabajo determinó que la región Andina concentra la mayor parte de los casos.
En detalle, Antioquia, Cundinamarca, Santander y Meta lideran el registro, seguidos por Tolima, Valle del Cauca, Boyacá, Caldas, Huila, Norte de Santander, Quindío y Risaralda.
Los municipios más afectados son Bogotá y Medellín, que encabezan la lista, seguidos de Villavicencio, Bucaramanga, Cali y Melgar.
Según Donato, esta concentración no solo refleja la presencia de la enfermedad, sino también factores demográficos: mayor
población implica más posibilidades de casos y también mejor capacidad de diagnóstico en hospitales y centros médicos.
“Que encontremos tantos casos en zonas con alta densidad poblacional habla de la necesidad de que los sistemas de salud incluyan a la miasis en su radar epidemiológico”, señala el investigador.
Para levantar esta información, el equipo realizó una revisión detallada de artículos médicos, reportes clínicos y colecciones
biológicas en bases de datos internacionales. A esto se sumaron registros del Hospital Militar Central en Bogotá y del Hospital
Regional de Leticia.
Cada caso identificado fue clasificado por especie de mosca, tipo de miasis y ubicación geográfica. Con esos datos, los investigadores crearon mapas que permiten visualizar la distribución de los parásitos en el país.
Un llamado de atención Donato explica que las enfermedades transmitidas por vectores suelen ser un problema importante de salud pública en las regiones tropicales y subtropicales y, en la actualidad, incluso, representan una amenaza en los países desarrollados.
“Al menos el 75 por ciento de todas las enfermedades infecciosas que afectan al ser humano son de origen animal, y, aproximadamente el 60 por ciento de todos los patógenos humanos, son zoonóticos”, dice Donato.
La miasis suele manifestarse con lesiones cutáneas dolorosas y, en algunos casos, con infecciones internas que afectan vías
respiratorias o el tracto digestivo. Aunque no siempre es mortal, sus impactos en la salud y calidad de vida pueden ser significativos.
El estudio subraya que la enfermedad ha sido persistente en varias regiones de Colombia, pero su prevalencia real es aún
desconocida por la falta de registros sistemáticos.
Luis F. García, investigador del Grupo de Inmunología Celular e Inmunogenética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, y profesor emérito de esta alma máter, plantea algunas inquietudes sobre la metodología empleada por los autores del estudio.
De acuerdo con García, quien no participó en la investigación, la búsqueda de casos basada en publicaciones en revistas nacionales indexadas y en los registros de solo dos instituciones “limita la posibilidad de sacar conclusiones válidas sobre prevalencia e incidencia de la miasis en el país y sus regiones”.
“Desafortunadamente, la miasis no es de obligatorio reporte y por lo tanto ni en el Ministerio de Salud, el Instituto Nacional de Salud o SIVIGILA hay información sobre esta”, asevera García.
Y continúa: “En esas condiciones, la información presentada en el artículo no necesariamente refleja la realidad de la miasis en
Colombia, pues es más el producto del interés de algunos investigadores o clínicos de publicar casos interesantes y, por supuesto, es de esperar que estos autores estén localizados en centros urbanos como Bogotá, Medellín o Cali”.
En atención a estos puntos, los autores del estudio indican que el hecho de reunir los escasos trabajos publicados para Colombia y poner en mapas la distribución geográfica, “supera en parte el valor del estudio”.
Donato considera que sus hallazgos deben servir como punto de partida para fortalecer la vigilancia epidemiológica. “Esperamos que este trabajo ayude a priorizar las zonas de Colombia que se beneficiarían de campañas educativas para concientizar sobre la enfermedad, incluyendo su prevención y tratamiento”, agrega el científico.
“No estamos hablando de una enfermedad del pasado, sino de un problema actual que requiere más atención”, concluye.
Fotografías tomadas de la página Animalia.bio
Fotografías tomadas de la página Animalia.bio
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