MIEMBROS DE NÚMERO
SILLA 8
FEDERICO LLERAS ACOSTA
(1936)
Federico Lleras Acosta nació en Bogotá el 27 de abril de 1877, en el hogar formado por Federico Lleras Triana y Amalia Restrepo de Lleras. Ascendiente directo del doctor Federico Lleras Acosta fue un catalán nacido en Barcelona, quien llegado a Colombia en el siglo XVII para dedicarse al comercio, contrae matrimonio con doña Manuela Jesús González, de la rama de don Francisco de Aguilar y de doña Ana María Antonia Casis y León. De esta unión desciende don Lorenzo María Lleras, reconocido personaje en el ejercicio de las ciencias jurídicas, amigo del General Francisco de Paula Santander, político, rector del Colegio del Rosario y fundador del Colegio del Espíritu Santo, casado con doña Liboria Triana. Uno de los hijos de este matrimonio fue don Federico Lleras Triana, profesor de ciencias matemáticas y coautor de varios textos de enseñanza matemática (Jiménez, 1938).
En los últimos años del siglo XIX Federico Lleras Acosta cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de San Bartolomé y luego cursó sus estudios profesionales en la Escuela Veterinaria fundada por el veterinario Claudio Vericel, adscrita a la Facultad de Medicina y Ciencias Naturales de la Universidad Nacional. Más tarde optó por abandonar la carrera de veterinaria y se inclinó por la bacteriología, profesión en la que inició una larga y laboriosa tarea.
En 1902 organizó en su casa un rudimentario laboratorio dotado con un microscopio y una estufa alimentada por una lámpara de petróleo, que vino a convertirse en el primer laboratorio particular de química orgánica, bacteriología y parasitología. Aunque contaba con escasos elementos e instalaciones en gran medida improvisadas, el laboratorio fue un recurso importante en el desarrollo de la medicina. (Bejarano, 1938).
La aplicación del análisis químico a las investigaciones clínicas y bacteriológicas fue posible por primera vez, a partir de 1906, con la instalación del laboratorio fundado por don Federico Lleras, precursor de dichas investigaciones y pionero en el tratamiento de enfermedades a través del diagnóstico clínico apoyado por exámenes de laboratorio.
Dicho laboratorio funcionó por primera vez en un cuarto de la casa de propiedad de don Joaquín París, que por entonces ocupaba el doctor Lleras Acosta al lado de su esposa y sus once hijos. En aquella casa, localizada en el barrio la Candelaria en la calle 11 con carrera 4, destinó parte del corredor para el laboratorio, separándolo del resto de la casa únicamente con una malla de alambre. Más tarde el doctor Lleras Acosta se trasladaría a una casa del canónico Rojas situada en la calle 4A, en la que dispuso tres cuartos de la planta baja para el laboratorio y el solar para albergar los animales que necesitaba para sus estudios: un cordero, conejos, curíes y ratones blancos (Lleras Restrepo, 1977).
En 1908 presentó a la Academia Nacional de Medicina el trabajo titulado Estudios sobre el carbón sintomático en la Sabana de Bogotá, artículo por el cual fue distinguido como miembro de número de la misma corporación. A partir de 1910 y durante los quince años siguientes, se dedicaría al estudio de la lepra. En 1919 presentó al Congreso Médico llevado a cabo en Tunja, el trabajo titulado Tratamiento del Tabes por el suero salvarsanizado, en colaboración con el profesor José del Carmen Acosta y redactó en colaboración con el doctor Calixto Torres Umaña las memorias tituladas: Epidemia de enteritis de los niños producida por el enterococo.
Preparó y aplicó los antivirus estreptococcicos, cuyos resultados en la unidad de maternidad del Hospital San Juan de Dios, mostraban un descenso en la mortalidad a causa de la septicemia puerpural de un 85% a un 35%. Pero aunque llegó a alcanzar éxitos en la investigación médica de estas enfermedades, la obra en la que trabajó con mayor entusiasmo durante los últimos años de su vida fue en el análisis de la lepra. Inspirado en esta idea diseñó un plan de estudios para desarrollar en cuatro etapas: primero cultivar del Bacilo de Hansen, luego inocular el mal en especies animales y fijar una reacción serológica para diagnosticar el mal y por último producir en animales un compuesto biológico para el tratamiento causal de la enfermedad en la especia humana.
Aunque en desarrollo de su trabajo creyó haber logrado cultivar el Bacilo de Hansen, investigaciones posteriores demostraron que los resultados de sus investigaciones eran sólo producto de contaminaciones y que no se trataba del vacilo que producía la enfermedad. Cuando el doctor Lleras Acosta presentó los primeros resultados de sus investigaciones se generó una euforia desmedida entre los médicos de la época, quienes dieron por hecho el éxito de su trabajo sin haber realizado la debida demostración, al otorgarle varias condecoraciones y ofrecerle varios homenajes (Obregón, 1992).
Se escucharon igualmente, en medio de aquellas celebraciones, voces menos optimistas provenientes de la Academia Nacional de Medicina. Miembros de esta corporación afirmaron: Debemos declarar de manera franca que no pretendemos haber agotado la materia en este asunto y que no nos es posible llegar a conclusiones definitivas en materia de suyo tan ardua y delicada. La reseña histórica y cronológica que hacemos en el lugar correspondiente, en relación con las principales investigaciones que se han hecho sobre la bacteriología de la lepra nos muestran las dificultades con que tropieza la ciencia para poder decidir sobre el valor definitivo de los trabajos que los investigadores le presentan. (Franco, Aparicio, Esguerra y Almázar, 1938: 571). De igual modo, durante la ceremonia de entrega del doctorado Honoris Causa que le concediera la Universidad de Antioquia, el doctor Alfonso Castro declararía: “No se podría afirmar en estos momentos si se equivoca o no. Sólo declaro, eso sí con entereza y justicia, que su labor es digna, meritoria y grande, de las que no pasan como el gránulo vocerío de la mediocridad” (Castro, 1937: 522). Después de estas manifestaciones, el doctor Lleras Acosta, tomó la decisión de viajar al Cairo en 1938 con el fin de presentar al Congreso de Leprología el resultado de sus investigaciones, pero durante dicho viaje murió en Marsella el 18 de noviembre, víctima de un esfuerzo demasiado grande para su ya muy deteriorada salud. (Martínez, 1963)
Recuerda su hijo, el doctor Carlos Lleras Restrepo en uno de sus editoriales, cómo relató el episodio de la muerte de su padre en el primer tomo de la publicación llamada Crónicas del bachiller Cleofás Pérez: “Cleofás voy a contarle algo que me sucedió pocos días antes de aquel viaje. Veía yo que mi padre estaba muy enfermo, a pesar de lo cual se aprestaba con un entusiasmo casi juvenil para aquella reunión del Cairo, donde pensaba obtener una opinión favorable de sus trabajos. Fui entonces a ver al doctor Roberto Franco, médico ilustre y pariente nuestro y le expuse el tema de que mi padre no pudiera resistir ni aquel viaje en pleno invierno, ni el trabajo de la conferencia y la emoción con que esperaba el resultado de sus exposiciones ante ella. Yo no sólo tengo una inquietud tan grande como la suya, me respondió Franco, sino casi la seguridad de que Federico no volverá vivo a Colombia y eso piensa él también; pero esta es la coronación de largos años de investigaciones y estudios, la gran batalla de su carrera y quiere librarla personalmente. No se oponga usted Carlos al viaje; Federico tendrá una bella muerte de luchador, la que él merece y la que en el fondo de su corazón ha escogido. Medité algunos minutos y concluí que el doctor Franco tenía razón”. (Lleras R., 1978: 15). Cuando la conferencia de leprología terminó la conclusión fue que los problemas de la lepra no habían sido aún resueltos y que era necesario aplaudir la labor de quienes continuaban trabajado en este campo.
A largo de su trayectoria profesional Lleras Acosta ocupó además la Rectoría de la Escuela Nacional de Veterinaria, la Dirección del Laboratorio Samper Martínez y la Dirección del Laboratorio de Investigación de la Lepra. Fue designado Profesor Honorario de la Facultad de Medicina de Bogotá, miembro de número de la Academia Nacional de Medicina, y miembro del Consejo de Sanidad.
En reconocimiento a sus méritos intelectuales el gobierno colombiano lo condecoro con la Cruz de Boyacá. En 1967 la administración postal colocó su esfinge en la estampilla de correos. En ese mismo año, con motivo de la inauguración de los laboratorios del Liceo Francés Louis Pasteur, el embajador de Francia pronunció unas palabras en homenaje a la memoria del doctor Lleras Acosta dando su nombre a dichos laboratorios.
BIBLIOGRAFÍA
Lleras R., C. 1977. Mi padre. Revista Nueva Frontera. Bogotá. 128: 5-7.
Jiménez L., M. 1938. Elogio del profesor Lleras Acosta. Rev. Acad. Colomb. Cienc. Bogotá. 2(6): 325-327.
Bejarano, J. 1938. Rasgos biográficos del profesor Federico Lleras Acosta. Rev. Acad. Colomb. Cienc. Bogotá. 2(5): 140-141. También en: El Tiempo. Bogotá. 20 de Marzo.
Martínez D., L. 1963. Federico Lleras Acosta. Rev. Acad. Colomb. Cienc. Bogotá. 12(45): 119-120.
Lleras R., C. 1978. Crónica de mi propia vida. XXXI. Revista Nueva Frontera. Bogotá. 206: 13-18.
Valuer, R. 1967. Homenaje al doctor Federico Lleras Acosta en el Liceo Francés Louis Pasteur de Bogotá. Tribuna Medica. Bogotá. 6(296): 1-2.
Castro, A. 1937. Palabras pronunciadas en honor del profesor Federico Lleras Acosta con motivo de la entrega del doctorado Honoris Causa de la Universidad de Antioquia. Rev. Fac. Med. Bogotá. 6(10): 519-524.
Obregón, D. 1992. Federico Lleras Acosta: un científico colombiano busca el bacilo de la lepra. Revista Credencial Historia. Bogotá. 29
Franco, R., Aparicio, J., Esguerra, A., Almázar, P. J. 1938. Los trabajos del profesor Federico Lleras Acosta sobre la lepra. Rev. Fac. Med. Bogotá. 6(11): 569-574.
PUBLICACIONES
_____. 1899. Higiene de carnes. De las diversas condiciones que alteran la calidad de las carnes y perjudican la conservación de ellas, en las reses sacrificadas en el matadero de Bogotá. Editorial El Globo. Bogotá. 24 pp.
_____. 1906. El carbón bacteridiano. Revista Nacional de Agricultura. Bogotá. 1(6): 44-48.
_____. 1906. Infecciones de la leche. Revista Nacional de Agricultura. Bogotá. 1(9): 147-149.
_____. 1908. Ranilla o malaria bovina en la Sabana de Bogotá. Diagnóstico diferencial con la fiebre carbonclosa. Imprenta Nacional. Bogotá. 27 pp.
_____. 1932. Un caso de osteocondritis costal tífica con vacunas y antivirus. Rev. Fac. Med. Bogotá. 1(3): 152-154.
_____. 1932. Nuevas orientaciones en el tratamiento de la infección puerperal generalizada por los antivirus en inyección intravenosa. Rev. Fac. Med. 1(6): 370-357.
_____. 1933. Algunas consideraciones sobre la biología del bacilo de Hansen. Rev. Fac. Med. 1(12): 925-935.
_____. 1936. Pruebas de la especialidad de un bacilo aislado de la sangre de los leprosos. Rev. Fac. Med. 5(2): 99-155. [Publicado por la Imprenta Departamental de Cundinamarca, 194 pp].
_____. 1936. Resumen de mis investigaciones sobre el bacilo de la Lepra. Revista del Colegio Mayor de Nuestra Señora de Rosario. Bogotá. 301(306): 369. También en: Rev. Acad. Colomb. Cienc. Bogotá. 1(1): 19-20.
_____. 1938. Discurso del profesor Lleras Codazzi. Rev. Fac. Med. 6(10): 525-530.
Tomado de Medina M., L. R. 2000. Tradición Académica. Diccionario Biográfico de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Edición Especial. Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. pp: 154-157
Resumen y actualización: E. Forero, S. Díaz & E. Guerra. Mayo 2012.
Federico Lleras Acosta
n. Bogotá, Colombia. 27 de abril de 1877 - m. Marsella, Francia. 18 de marzo de 1938.
Ocupó la silla No. 8. Veterinario y Bacteriólogo de la Escuela Veterinaria (1902). Ocupó la rectoría de la Escuela Nacional de Veterinaria, la Dirección del Laboratorio Samper Martínez y la Dirección del Laboratorio de Investigación de la Lepra; fue además profesor de la Facultad de Medicina de Bogotá. Autor de 10 publicaciones
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